san Francisco di Sales

* Francisco di Sales

NOTAS BIOGRÁFICAS

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San Francisco de Sales, considerado el padre de la espiritualidad moderna, tuvo el mérito de influir en las principales figuras de todo el siglo XVII europeo, logrando convertir incluso a algunos exponentes del calvinismo al catolicismo. El obispo de Ginebra, para quien no lo sabe, se sentía orgulloso de ser Mínimo terciario: cuando veía a algún fraile Mínimo mostraba por debajo de su sotana el cordón propio de los Mínimos, que le ceñía la cintura. En 1923 el Papa Pío XI lo proclamó Patrono de la Tercera Rama de la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula.

Nacido en el castillo de Thorens en 1567, en Saboya (Francia), en el seno de una familia de la antigua nobleza, Francisco recibió una esmerada educación, coronada por los estudios universitarios de derecho en París y Padua. Pero fue precisamente en este período universitario cuando sus intereses teológicos adquirieron preeminencia, a lo que se añadió la inesperada llamada de Dios al sacerdocio. Impulsado por el deseo de salvaguardar el cristianismo, mientras la Reforma Calvinista se encontraba en su apogeo, Francisco pidió una audiencia con el obispo de Ginebra, para que lo destinara a esa ciudad, símbolo supremo del calvinismo y la sede más alta de los reformadores. Una vez instalado en Ginebra, no tuvo reparos en discutir sobre teología con los protestantes, deseoso de recuperar el mayor número posible de “almas” para la Iglesia y, sobre todo, para Cristo. Además, su pensamiento constante se dirigió a la formación cristiana de los laicos, cuidando de desarrollar una predicación y un modelo de vida cristiana que estuviera al alcance de la gente común. Sus enseñanzas eran proverbiales, impregnadas de comprensión y dulzura, impregnadas de la firme convicción de que la presencia de Dios constituía siempre el apoyo de toda acción humana. Afirmaba convencido que en cada estado de vida uno puede y debe ser santo, argumentando que la santidad no es sólo para algunos sino para todos. Con este fin, escribió numerosas obras que hoy se consideran clásicos de la lectura cristiana, formidables en su contenido. Entre ellas se encuentran: Philothea o Introducción a la vida devota: una obra que ofrece consejos prácticos para vivir una vida cristiana devota en la vida diaria; Theotimo o Tratado sobre el amor de Dios: que explora el amor divino y trata de cómo cultivarlo en la vida; Entretenimientos: para aquellos que desean progresar en los caminos de la contemplación; y luego está la obra que recoge sus cartas que tratan de diversos aspectos de la vida espiritual y de la dirección de las almas, titulada Correspondencia Epistolar.

Gracias a sus enormes esfuerzos y a los grandes éxitos obtenidos en términos pastorales, fue elegido obispo de Ginebra. En el curso de su misión como predicador, conoció a Jeanne Françoise Frèmiot de Chantal en Dijon, y de su devota correspondencia con esta noble mujer surgió la fundación de la “Orden de la Visitación”.

Murió en Lyon el 28 de diciembre de 1622, fue declarado santo en 1665 y posteriormente proclamado Doctor de la Iglesia en 1877, así como patrón de los periodistas católicos en 1923. Recordemos que la cofradía de los Padres Salesianos, fundada por San Juan Bosco, se inspira en su nombre.

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