Profesión de sor María Francisca de la Divina Misericordia

Ha dejado todo para seguir a Jesús

El sábado 10 de junio, víspera de la solemnidad de la Santísima Trinidad, nuestra comunidad tuvo la gran alegría de celebrar en nuestro monasterio “Jesús María”, en Paola, la profesión de los votos temporales de la novicia Sor María Francisca de la Divina Misericordia, en el siglo Gilda De Matteis, una alegría que deseamos compartir con vosotros a través de esta breve crónica, elevando juntos al Señor una oración de alabanza y acción de gracias por la entrega de nuestra Hermana, quien, después de un camino espiritual muy movido, acogió plenamente esa misteriosa semilla que el Señor mismo sembró en su corazón y, con firme decisión, después de terminar la carrera de derecho, en la Universidad de Roma Tor Vergata, lo dejó todo para abrazar con entusiasmo el maravilloso proyecto del amor de Dios. Una elección de vida exigente, por supuesto, pero la gracia de Dios la acompañará siempre y no le fallará.

Síntesis de la celebración

Accompañada por la Orden religiosa y por la Iglesia diocesana

La celebración eucarística, en el curso de la cual Sor María Francisca ha emitido sus votos, ha sido presidida por Su Exc. Monseñor Francisco Antonio Nolè, Arzobispo de nuestra Diócesis, con quien han concelebrado 14 sacerdotes, entre ellos el Vicario Provincial de los Padres Mínimos del Santuario, Rvdo. padre Antonio Bottino -en representación del Corrector Provincial, M.R.P. Gregorio Colatorti-, el Delegado Diocesano para la vida consagrada femenina, Rvdo. Don Mario Corraro; el párroco Rvdo. Don Pietro De Luca; el Asistente de la Federación de Las Monjas Mínimas, R. P. Ottavio Laino; el Rector del seminario Redemptoris  Mater, Rvdo. Don Alessandro Giglio; el Rvdo. Padre Ivano Maria Scalise que siguió los primeros pasos del camino vocacional de la profesa hasta su entrada en el monasterio; el confesor de la Comunidad, R. P. Ernesto Pucciani y otros sacerdotes de la Orden y de nuestra Diócesis, así como dos diáconos y varios monaguillos.

Una celebración que ha tenido lugar con gran solemnidad pero a la vez con gran emoción, sencillez y alegría.  Ha sido muy hermoso ver a familiares y amigos reunidos de nuevo junto a Sor María Francisca, acompañándola con su afecto y sus oraciones en este día tan importante y decisivo de su vida. Y había mucha gente de Paola cercana a la joven profesa y a la comunidad que han querido estar presentes para compartir con nosotros la alegría de este evento de gracia.

 

Mons. Nolé, Arzobispo de Cosenza-Bisignano

Ha pronunciado sus votos con libre y firma voluntad

Después de que Sor María Francisca, según lo previsto en el rito de la Profesión, manifestara ante todos su libre y firme voluntad de seguir al Señor en nuestra familia religiosa, la Orden de los Mínimos de San Francisco de Paula, el Obispo ha recordado a los fieles presentes que «es un deber para todo cristiano comprender y cumplir la voluntad de Dios en su vida, y, al mismo tiempo, que es un deber ayudar a los demás a responder libremente a su vocación. La libertad de cada uno -dijo- es, en efecto, encontrarse a sí mismo en la voluntad del Señor, pero para ello es necesario aprender a escuchar su voz y prepararse para llevar a cabo su plan de amor hacia nosotros, partiendo de la observancia de los deberes cotidianos de todo cristiano, en la fidelidad a Dios en las pequeñas cosas».

A continuación, ante el Obispo y los fieles presentes, Sor María Francisca ha pronunciado la fórmula de la Profesión en manos de la Correctora, la Reverenda Madre María de los Ángeles Martín quien, en virtud de la autoridad que le confirió la Iglesia, ha recibido la profesión de votos temporales, y con las palabras del Ritual de la Orden ha garantizado a la nueva profesa: “Si observas lo que has prometido, en el nombre de Cristo te prometo la Vida Eterna”.

 

El amor más grande es entregar la propia vida

Al final de la celebración, la Correctora ha dirigido a los presentes, y en particular a los familiares de la Profesa, un saludo y ha expresado su agradecimiento por la cercanía expresada con su presencia, agradeciendo sobre todo a sus padres el don que han hecho a la Iglesia al dar a su hija, el mayor regalo que un padre y una madre pueden hacer, y que el Señor, que es el único que puede comprender plenamente este sacrificio, lo aprecia y lo recompensa. «Muchos no entienden y no comparten tal elección -ha afirmado la Madre- viendo en ella una vida desperdiciada, pero en realidad no hay nada más grande que entregar la vida a Dios que es Amor, y vivirla noche y día amando a nuestros hermanos y hermanas, a través de la oración y el sacrificio en su favor. En el corazón de Sor María Francisca estarán siempre su familia y sus seres queridos, por quienes intercede ante el Señor, que es un Dios Todopoderoso, y esto es en realidad un honor para una familia. Y Dios, que es el Señor de todos, merece plenamente la donación total de una vida». Y ha terminado pidiendo también a los presentes una oración por ella, la primera joven Paulana que sigue los pasos de San Francisco de Paula entrando en este monasterio.

Sor María Francisca pronuncia sus votos

Nuestros mejores deseos

Hoy, habiendo llegado a esta etapa de su camino vocacional personal, deseamos que pueda dedicar verdaderamente toda vuestra vida a la causa del Reino, para que interceda ante el Único y verdadero Señor de todos los hombres en favor de sus hermanos y hermanas, para que también ellos puedan experimentar la alegría de sentirse amados y custodiados por Él, abriéndose a su perdón y Misericordia.

Y a vosotros, que al leer esta breve crónica, os habéis unido a nuestra alegría, os pedimos que la recordéis en vuestras oraciones, para que responda al Señor con una fidelidad cada vez mayor, “de bien en mejor”, como nos pidió y nos enseñó san Francisco, nuestro Padre y Fundador.

 

El abrazo a familiares y amigos

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