Compuesta por el papa San Juan Pablo II
Dios, Padre Misericordioso,
que has revelado Tu Amor en tu Hijo Jesucristo
y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo:
Te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre.
Inclínate hacia nosotros, pecadores;
sana nuestra debilidad;
derrota todo mal;
haz que todos los habitantes de la tierra experimenten Tu Misericordia,
para que en Ti, Dios Uno y Trino,
encuentren siempre la fuente de la esperanza.
Padre Eterno, por la Dolorosa Pasión y Resurrección de Tu Hijo,
Ten Misericordia de nosotros y del mundo entero.
Amén.