Tienden a tener una imagen de sí mismos muy equivocada respecto a la realidad
Si hay personas que tienen la autoestima por los suelos, hay otras que tienen el ego ‘demasiado subido’. Y aunque todos deberían ser capaces de quererse a sí mismos, estar contentos por como son y sentirse a gusto con su cuerpo, como se suele decir, “todo en exceso es malo”, y este caso no iba a ser la excepción.
Hablamos del trastorno narcisista, un trastorno de personalidad que supone que las personas que lo sufren no sean capaces en ver los propios fallos, o de asumir la propia responsabilidad cuando las cosas no salen bien. “Suelen ser personas muy competitivas y que tienden a exaltar y exagerar sus propias cualidades, siendo esta la imagen de sí mismos que proyectan a los demás”, explica la psicóloga Sara Prieto, del Centro TAP, que añade que esta actitud de superioridad frente a los demás no es una simulación, sino que los narcisistas “creen verdaderamente en sí mismos de la manera en la que se muestran al entorno”.
Que una persona tenga esa visión exagerada de sí misma termina por interferir en sus relaciones sociales. “A nivel social suelen ser poco colaboradores e individualistas”, explica la psicóloga. Además, subraya que en muchas ocasiones para estas personas deja de tener importancia ser fieles a la verdad, manipulando y exaltando sus capacidades. Si este trastorno roza el extremo, las personas que lo sufren llegan a tener problemas en su vida y en las vidas de las personas de su entorno. “Aunque no a este nivel, muchas personas pueden tener algunos rasgos de personalidad de tipo narcisista, pero manteniendo la funcionalidad, por lo que no interfiere en sus vidas y no se considera, por tanto, un trastorno de personalidad narcisista”, afirma la profesional.
Cómo reconocer a una persona narcisista
Las personas que sufren este tipo de trastorno (más frecuente en adultos, varones y personas con baja autoestima) tienen unas características peculiares que pueden ayudarnos a reconocerlos:
– Tienen una visión de sí mismos muy elevada, considerándose por encima de los demás.
– Poseen una baja capacidad de introspección y de valoración de su mundo emocional.
– Tienen falta de empatía y se mantienen centrados en sí mismos.
– Tienen un estilo de comunicación en el que el entendimiento o acuerdo con el interlocutor no existe.
– En la relación con los demás tienden a controlar y manipular al otro con el fin de conseguir sus objetivos.
– Una actitud frecuente es la de establecer relaciones desiguales en las que se posicionan por encima del otro con el fin de mostrar su superioridad.
Narcisismo laboral y afectivo
Dos de los ámbitos en los que puede encontrar más problemas con el entorno una persona narcisista son el laboral y el afectivo. En el primer plano, comenta Sara Prieto que “la persona con trastorno narcisista puede tener dificultades para obedecer las pautas o indicaciones de sus superiores y comportamientos inadecuados con ellos y los compañeros de su edad”. Además, explica que estas personas pueden mostrarse irritables si interpretan que no se les está valorando como deberían en su empresa, exigiendo en muchos casos un trato diferente al de sus compañeros.
En las relaciones afectivas también es complejo relacionarse con una persona con trastorno narcisista. “En sus relaciones familiares, sociales o de pareja, tenderá a priorizar sus necesidades por encima de las de los demás. Esta actitud de poca flexibilidad con respecto a las necesidades u opiniones de los demás, la intolerancia a las críticas y la superioridad con la que se ven, puede ser una fuente de muchos conflictos con difícil solución”, concluye la profesional.