Fioretto R4, un vespro al bacio, titolo

Florecillas de la vida religiosa – 4

Una tarde de verano, la escalera del primer piso del monasterio la habían mojado mucho para fregarla. La Correctora pasando por la escalera para ir al Coro para Vísperas se cruzó con Filomena.

Habiendo sido informada de su gran obediencia y humildad, con el fin de probar su virtud, le preguntó en tono áspero: «¿Es usted quien ha mojado de esta manera la escalera?», Aun sabiendo que sor Filomena no habido entrado en el turno de ese trabajo. La joven no se manifestó ajena a la cuestión, dejando pensar a la Correctora que era culpable.

Con voz, incluso más severa, la Madre Correctora le encargó: «Muy bien, ahora reparará su negligencia subiendo la escalera de rodillas y besando un escalón tras otro; estas serán sus Vísperas de hoy».

La novicia se levantó el uniforme y, con una alegría semejante a la de quien ha recibido un regalo inesperado, subió dando a cada escalón sonoros besos. Terminada la penitencia se fue al Coro.

Una connovicia viéndola tan feliz le preguntó: «¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan contenta?». Pero ella, sonriéndole son amabilidad, se llevó el dedo índice a la boca recordándole delicadamente la obligación del silencio en el coro y de ese modo evitó la respuesta.

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