Esquema para las diferentes etapas de la vida
El examen de conciencia representa el medio fundamental para acercarse al sacramento de la Reconciliación conscientes de los propios errores. Esta conciencia nos permite reconocer la Misericordia que Dios alimenta para cada hombre, ya que el arrepentimiento sincero de uno de sus hijos, manifestado en la Confesión, es suficiente para que él le otorgue con alegría su perdón y su gracia.
De hecho, a través de la Confesión, recibimos el perdón de Dios, que es una fuente de felicidad, una garantía de salvación y un signo tangible de su Amor, y obtenemos la gracia que confiere mayor fuerza en la lucha contra el pecado y nuevo vigor para perseverar en los buenos propósitos. Por lo tanto, no hay que recurrir a la Confesión sólo en los momentos en que nos encontramos en pecado, sino también en el momento de la tentación, cuando sentimos que nuestra fragilidad se apodera de nosotros y necesitamos ayuda de Arriba. ¡De hecho, es una excelente recarga cuando las energías espirituales parecen estar disminuyendo!
Lejos de ser una obligación aburrida a la que uno debe cumplir, la Confesión es un don de Dios, es más, es Dios mismo quien se entrega, quien viene a nuestro encuentro: ¡La confesión es el encuentro con Cristo Jesús, nuestro Amigo, nuestro Hermano, nuestro Salvador! El sacerdote que recibe la confesión de nuestros pecados es el intermediario entre nosotros y Dios, una especie de puente, más allá de ese puente está Cristo que nos espera para darnos perdón y paz. Más allá del puente (el sacerdote), y si queremos incluso por encima, está Jesús que acoge nuestro arrepentimiento y lo corresponde con la Misericordia que sana, rehabilita y renueva.
Incluso cuando nuestra condición no nos permite recibir la absolución, no debemos considerar inútil la Confesión: Precisamente porque en ese confesionario está Cristo que espera al pecador para abrazarlo, para darle su Amor del cual NADIE está excluido ¡A MENOS QUE ÉL SE EXCLUYA A SÍ MISMO!
En su vida terrenal Jesús se hizo cercano a los pecadores: comió con publicanos y prostitutas, perdonó a la adúltera, encontró a la mujer samaritana, entró en la casa de Zaqueo, el primer hombre que acogió en su Reino fue un ladrón condenado a su propia muerte. Hoy, Jesús, quiere seguir estando cerca del pecador para ayudarlo a levantarse del polvo.
No tengas miedo, ni te avergüences del hecho de ser un pecador que necesita perdón y gracia, todos lo somos, más bien tengáis confianza en el perdón de Dios. ¡Y no dudes NUNCA de su Amor por ti!
- ¿He rezado mis oraciones?
- ¿He ido a Misa los Domingos?
- ¿He tomado el nombre de Dios en vano?
- ¿Me he distraído voluntariamente en Misa o en la Iglesia?
- ¿He ayudado en casa?
- ¿He sido egoísta o he tratado a mis padres y hermanos con poco cariño?
- ¿He obedecido a mis padres y profesores?
- ¿He compartido mis juguetes con los demás?
- ¿He sido impaciente? ¿Me he enfadado?
- ¿He sido caprichoso o pesado para que las cosas se hicieran como yo quiero?
- ¿Pierdo el tiempo en clase?
- ¿He hecho mis deberes lo mejor que puedo? ¿He copiado en los exámenes?
- ¿Me he peleado?
- ¿He hecho daño a alguna persona hablando mal de ella?
- ¿He dicho mentiras?
- ¿He robado algo? ¿He estropeado alguna cosa que no era mía a propósito?
- ¿He dado buen ejemplo?
- ¿He animado a otros a que hicieran cosas malas?
- ¿He sido egoísta de pensamiento o de obra?
- ¿He tenido celos de otros?
- ¿He excluido a alguien de mis juegos?
- ¿He rezado por los demás y les he ayudado para que estén más cerca de Dios?
- ¿He rechazado o abandonado mi fe? ¿Me he preocupado por conocerla mejor? ¿La he defendido, o me he avergonzado de ella? ¿Hay algo de ella que no acepto?
- ¿He tomado el nombre de Dios en vano? ¿He hecho espiritismo o he confiado en adivinos u horóscopos? ¿He mostrado falta de respeto por las personas, lugares o cosas santas?
- ¿He faltado voluntariamente a la Santa Misa los domingos o días de precepto? ¿Me he olvidado de Dios abandonando mis oraciones?
- ¿He recibido al Señor en la Sagrada Comunión teniendo algún pecado grave en mi conciencia?
- ¿Le he recibido sin agradecimiento o sin la debida reverencia?
- ¿He ayudado poco en casa? ¿He tratado con poco cariño a mis padres?
- ¿He sido impaciente, envidioso? ¿Me he enfadado? ¿He fomentado el resentimiento o no he estado dispuesto a perdonar? ¿He odiado a alguien o le he juzgado mal?
- ¿He descuidado mis deberes de estudiante? ¿He sido perezoso? ¿He tratado con falta de respeto a mis profesores o a otras personas mayores?
- ¿Me he peleado? ¿He hecho daño a alguien con insultos o hablando mal de ellos? ¿He revelado algún secreto o he dicho cosas solo para dañar a otros?
- ¿He dicho o he pensado cosas impuras? ¿Las he hecho conmigo mismo o con otros? ¿He mirado imágenes o películas pornográficas?
- ¿He dicho mentiras para justificarme, dañar a otros o por darme más importancia?
- ¿He robado algo? ¿He estropeado algo a propósito?
- ¿He tenido envidia de otros por lo que tienen o por el buen resultado de su trabajo? ¿Pongo mi corazón en tener cosas?
- ¿He ayudado o fomentado que otros hagan el mal?
- ¿He tomado alcohol en exceso? ¿He consumido drogas?
- ¿He sido egoísta de pensamiento o de obra?
- ¿He preferido mi comodidad al servicio a los demás? ¿He desatendido mi responsabilidad de acercar a los demás a Dios con mi ejemplo y mi palabra?
- ¿He rechazado o abandonado mi fe? ¿Me he preocupado por conocerla mejor? ¿La he defendido, o me he avergonzado de ella? ¿Hay algún aspecto de la fe que no acepto?
- ¿He tomado el nombre de Dios en vano? ¿He hecho espiritismo o he confiado en adivinos u horóscopos? ¿He mostrado falta de respeto por las personas, lugares o cosas santas?
- ¿He faltado voluntariamente a Misa los domingos o días de precepto?
- ¿He recibido al Señor en la Sagrada Comunión teniendo algún pecado grave en mi conciencia?
- ¿Le he recibido sin agradecimiento o sin la debida reverencia?
- ¿He sido impaciente, he tenido celos o me he enfadado?
- ¿He albergado rencores o he estado poco dispuesto a perdonar?
- ¿He sido violento con otras personas verbal o físicamente?
- ¿He cooperado o alentado a alguien a abortar, destruir embriones, a la eutanasia o a otro medio para acabar con la vida humana?
- ¿He tenido odio o he hecho juicios críticos de pensamiento o de obra? ¿He menospreciado a otros?
- ¿He hablado mal de otros?
- ¿He tomado alcohol en exceso? ¿He consumido drogas?
- ¿He mirado vídeos o páginas web pornográficas? ¿He cometido actos impuros conmigo mismo o con otras personas? ¿Vivo con alguien como si estuviéramos casados sin estarlo?
- Si estoy casado, ¿procuro amar a mi cónyuge por encima de cualquier otra persona? ¿Pongo mi matrimonio en primer lugar? ¿Y mis hijos? ¿Tengo una actitud abierta a nuevas vidas?
- ¿Permito que mi trabajo ocupe tiempo y energías que corresponden a mi familia o amigos?
- ¿He sido soberbio o egoísta de pensamiento o de obra? ¿He desatendido a los pobres o a los necesitados? ¿He gastado dinero para mi comodidad o lujo personal olvidando mis responsabilidades hacia otros y hacia la Iglesia?
- ¿He dicho mentiras? ¿He sido honesto y diligente en mi trabajo? ¿He robado o engañado a alguien en el trabajo?
- ¿Me he dejado llevar por la pereza? ¿He preferido mi comodidad personal al servicio a los demás? ¿He desatendido mi responsabilidad de acercar a los demás a Dios con mi ejemplo y mi palabra?