Oh querido José
Oh querido San José, amigo y protector de todos,
Guardián de Jesús y de todos los que invocan tu ayuda,
eres grande porque recibes de Dios
todo lo que los hombres te piden.
Por favor, acepta mi oración:
vela y protege a todas las familias
para que experimenten la armonía, la unidad, la fe, el amor
que reinó en la Familia de Nazaret.
Mira con especial ternura a las familias de los desocupados,
dales a todos un trabajo,
para que con su trabajo creen un mundo mejor
y alaben a Dios Creador.
Te encomiendo a la Iglesia,
en particular al Papa, a los Obispos, a los Sacerdotes y a todos los misioneros
para que se sientan apoyados por tu paternidad.
¿Quién puede amarlos más que tú, querido San José?
Protege a todos los consagrados
para que encuentren en tu obediencia y adhesión a la voluntad de Dios,
el ejemplo de vivir en silencio, humildad y
vida misionera la vida de unión con Dios
que los hace felices en el cumplimiento de la Voluntad divina.
El gozo de sentirse de Dios es tan grande
que no tiene comparación;
sólo en Dios se encuentra toda la felicidad.
San José, escucha mi oración.
Amén.