Breve Historia
Somos parte de la Familia religiosa fundada por San Francisco de Paula, del que hemos heredado el carisma y la espiritualidad…
Nuestras primeras Hermanas, habiendo oído hablar del estilo de vida del santo, de su grande austeridad y de su dedicación a la oración, quisieron imitarlo y pidieron ser admitidas también ellas a la profesión de su Regla, lo cual les fue concedido por el Fundador después de algunos años de prueba. Sucesivamente manifestaron a San Francisco el deseo de conducir una vida más retirada y le instaron para que les diera una regla propia adecuada para la realización de sus aspiraciones. El Paulano acogió y bendijo también esta petición y redactó la llamada Regla de las Hermanas de la Orden de los Mínimos de Fray Francisco de Paula, de modo que, continuando a formar parte de la misma Orden, pudiesen satisfacer su anhélito de una vida dedicada enteramente a la alabanza de Dios y a la búsqueda de su Rostro en la pura y asidua oración. La Regla de las Hermanas fue aprobada por Julio II junto a la de los Frailes de la Orden y a la de los fieles laicos, mediante un único documento, la bula Inter Caeteros, el 28 de julio de 1506, con la cual se confirmaba también definitivamente la Orden en su totalidad y su peculiar configuración jurídica.
Los conventos femeninos abiertos durante los cinco siglos de nuestra historia no han sido muchos, pero nos han dejado en heredad el ejemplo precioso de Hermanas que han seguido a San Francisco con gran fidelidad, emulando sus virtudes, siguiendo sus consejos y abrazando con amor la Regla que nos ha dejado, de manera que el patrimonio espiritual de la Orden se ha transmitido con integridad hasta nuestros días junto a la observancia de la Regla originaria.
Qué Hacemos
Los dos Monasterios
Los monasterios de Móra d’Ebre, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, y el de Paula, intitulado a Jesús María, han sido fundados a distancia de cien años, repectivamente en el 1894 y en el 1994, con finalidades muy afines.
El primero, en efecto, responde a una misión bien precisa: ofrecer un culto continuo de adoración, de amor y de reparación al Sagrado Corazón de nuestro Redentor, invocando continuamente su divina Misericordia para el mundo, y todo esto precisamente mediante el fiel cumplimiento de todos los deberes y prescripciones previstos en la Regla del Santo Fundador de los Mínimos, cuya estrecha observancia le pidió el Corazón de Jesús a la fundadora, la Venerable Sor Filomena, como fundamento de su obra.
Por su parte el monasterio de Paula, intitulado a Jesús María, nace como respuesta a la llamada de la Iglesia a una renovación de la vida religiosa, para la cual ha sido considerado imprescindible un mayor acercamiento a las fuentes del carisma y de la espiritualidad para una vivencia más radical y un testimonio más incisivo…
La unión de ambos monasterios, realizada en el año 2004, tiene por lo tanto, la finalidad de unir las fuerzas y colaborar más estrechamente para alcanzar las respectivas finalidades, de por sí intrínsecamente interdependientes.
De esta manera, el conocimiento más profundo del carisma y la misión de la Orden en la Iglesia se pone al servicio de una observancia más madura y consciente, más rica en contenido y ferviente en el amor, con el fin de colaborar más eficazmente en la difusión del culto al Corazón de Jesús, ofreciendo sin interrupción el sacrificio de la alabanza y de la vida como testimonio de amor a El y la oración continua de súplica para que la Misericordia de Dios siga derramando siempre en el mundo los dones de la gracia y de la salvación.