Breve Presentación
El Monasterio de Paula nace como respuesta a la llamada de la Iglesia a una renovación de la vida religiosa, para la cual ha sido considerado imprescindible un mayor acercamiento a las fuentes del carisma y de la espiritualidad para una vivencia más radical y un testimonio más incisivo…
El Monasterio de las monjas Mínimas de Paula, denominado “Jesús María” es en el tiempo el último de los monasterios de la Orden que ha completado, con la erección canónica, el proceso de fundación.
Había sido deseado por las tres ramas de la Orden para ofrecer, precisamente en Paula, ciudad natal del Fundador y de la misma Orden, la expresión completa del carisma de San Francisco, vivido en las tres formas de vida que han sido reconocidas y asumidas por el Fundador en su Familia religiosa. Sin embargo, durante mucho tiempo, no se consiguieron reunir todas las condiciones necesarias para poner en acto un proyecto de tanta importancia.
Los primeros pasos para la deseada fundación fueron posibles, finalmente, en septiembre de 1980, con la bendición de la primera piedra. Se iniciaba de este modo un largo y fatigoso camino que vio su última etapa en la segunda mitad del año 1993, coincidiendo con la preparación de la IX Asamblea General del Sínodo de los Obispos, convocado por S.S. Juan Pablo II, sobre la vida consagrada.
Esta feliz coincidencia, que suscitó un verdadero fervor de renovación y de fidelidad creativa en los institutos de vida consagrada, vino a corroborar el deseo, que ya se sentía con fuerza dentro de la Orden, de una mayor aproximación a las fuentes del carisma original y a la experiencia espiritual del Fundador.
La nueva comunidad, por lo tanto, se puso en marcha hundiendo sus raíces en las enseñanzas del Concilio, con la decidida voluntad de responder a las repetidas llamadas de la Iglesia que pedía a los religiosos “reproducir con valor la audacia, la creatividad y la santidad de sus fundadores y fundadoras como respuesta a los signos de los tiempos que surgen en el mundo de hoy” (VC, 37) y apoyándose, sobre todo, en la “fidelidad al carisma fundacional y al consiguiente patrimonio espiritual de cada Instituto, porque precisamente en esa fidelidad a la inspiración de los fundadores y de las fundadoras, don del Espíritu Santo, se descubren más fácilmente y se reviven con más fervor los elementos esenciales de la vida consagrada” (VC, 36).
La Historia
El Monasterio Jesús María, en Paula (Cosenza), ciudad de la Calabria tirrénica, se levanta sobre una colina a la izquierda del célebre Santuario de San Francisco de Paula.
La edificación de este monasterio fue posible, gracias a la generosidad de los frailes mínimos de la Provincia de San Francisco de Paula, siendo Corrector Provincial el M. R. P. Tarcisio Pisani, más tarde elegido obispo de Altamura, Gravina y Acquaviva; sin embargo, fue el Corrector Provincial M. R. P. Giuseppe F. Morosini, actualmente obispo de Reggio Calabria-Bova quien abrió el camino efectivo para la realización de la fundación, que comenzó a concretizarse a finales de los años ’80 .
Efectivamente, el 20 de septiembre 1987, S. E. Rvma. Mons. Dino Trabalzini, Arzobispo de Cosenza- Bisignano, ponía la primera piedra del monasterio, que había sido bendecida anteriormente, por el Papa San Juan Pablo II, con ocasión de su visita al monasterio de Grottaferrata, el 8 de septiembre 1980, siendo Presidenta de la Federación de las Monjas Mínimas la M. R.M. Natividad Bastante.
El 17 de abril 1993, encontrándose ya muy avanzada la construcción del edificio, las Monjas presentaron formalmente la petición de ser recibidas en la Diócesis, al arzobispo de Cozenza-Bisignano, S. E. Revma. Mons. Dino Trabalzini.
Se entregó, por lo tanto, toda la documentación necesaria a la Congregación para los Institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica y el 19 de junio del mismo año, siendo Corrector Provincial el M. R. P. Francesco Marinelli, llegaron al Santuario de Paula cinco monjas provenientes del monasterio de Daimiel (España) acompañadas por la Presidenta de la Federación M. R. M. Mª Francesca Marongiu.
Al día siguiente, 20 de junio, tuvo lugar el recibimiento oficial de la nueva comunidad de monjas Mínimas, en una celebración eucarística presidida por el Corrector General de la Orden, Rvmo. P. Alessandro M. Galuzzi, en presencia de una representación de los frailes Mínimos de la Provincia, de los terciarios Mínimos y de un gran número de fieles. No estando aún dispuesto el monasterio para ser habitado, se encontró una organización provisional para la comunidad en los locales adyacentes al Santuario.
Al atardecer del 14 de octubre del mismo año, el grupo de monjas se trasladaba definitivamente al nuevo edificio y unos meses después, el 25 febrero 1994, S. E. Rvma. Mons. Dino Trabalzini, Arzobispo de Cosenza-Bisignano, inauguraba el monasterio, con la celebración de una solemne Eucaristía durante la cual tuvo lugar la consagración del altar. Al final de la celebración bendijo los locales del monasterio, poniendo en vigor la clausura papal. Para esta ocasión el Santo Papa Juan Pablo II, envió a la nueva comunidad este mensaje de felicitación para el inicio de la vida claustral en el monasterio:
“A las Monjas Mínimas del nuevo monasterio de Jesús María de Paula que quieren vivir su carisma de caridad y de penitencia en los lugares santificados por el Fundador San Francisco de Paula, para ser signo y testimonio del Evangelio, deseo todo bien en el Señor y en prenda de abundantes gracias celestiales imparto de corazón una especial Bendición Apostólica.
En el Vaticano, 26 enero 1994. Joannes Paulus PP. II”.
Erección canónica
Finalmente, el 24 julio 1994 se realizó la erección canónica del monasterio bajo el título de Jesús María. Con este fin, S. E. Mons. Dino Trabalzini, Arzobispo de Cosenza-Bisignano, acompañado por el Corrector General de la Orden de los Mínimos, el Rvmo. P. Giuseppe F. Morosini y por el Corrector Provincial de Paula, el M.R.P. Francesco Marinelli, dio lectura públicamente al Decreto de erección canónica de la comunidad promulgado por la Santa Sede, ante los fieles reunidos en la iglesia del monasterio. Inmediatamente después se celebró el primer Capítulo de comunidad con la elección de la primera Correctora en la persona de M. María de los Ángeles Martín.
Mirando hacia el futuro
En el año 2004, habiendo encontrado una particular identificación de estilo de vida e ideales con el Monasterio de Móra d’Ebre, se decidió la unión de ambos en una sola Comunidad con el fin de poder colaborar más estrechamente en el proyecto de renovación querido por la Iglesia; proyecto que comprende el esfuerzo de profundización en las fuentes genuinas del carisma, el testimonio -en el “hoy” que nos es dado vivir- del primado de Dios y de su amor de Padre, y el anuncio de la llamada a la conversión para cuantos experimentan el deseo de retorno, iluminando, con la vida más que con las palabras, los caminos privilegiados de la penitencia evangélica.